10 noviembre 2006
variaciones sobre serres chaudes de Maeterlink
VARIACIONES SOBRE SERRES CHAUDES DE MAETERLINK
ORACION
La luz llega tenue, la brisa es un sueño.
El color violeta de mis pétalos se inclina, buscando,
Siempre en vano,
Un resquicio al calor sofocante,
La quimera de un rayo de luna, de la lluvia.
Cristales y más cristales,
Una falsa primavera eterna, un rocío embustero.
No se puede salir, fuera es el frío.
Es la muerte, el invierno, el viento helado,
Y el abrazo del sol que quema y funde.
Quiero huir, quiero unas alas.
Dios de la metamorfosis, escúchame:
Deseo convertirme en mariposa,
Ser mortal, y sufrir, sentir, respirar…
Concédeme una vida efímera, pero una vida.
Este engaño no puede durar.
Me ahogo, me asfixio.
Hazme escapar de mi prisión dorada.
Rompe sin duelo cada cristal,
Te ruego que destruyas, sin piedad,
Mi invernadero.
ANGUSTIA
De nuevo a la oscuridad
Otra vez a la tierra húmeda de sangre y lágrimas
Donde se esconden el dolor y la fatiga
Donde encuentro mi lama hecha pedazos en cada ocasión
Las nubes son muy bellas, pero quedan tan lejos…
El arco iris es inmenso, pero falso su color
Y esta sombría humedad que me atenaza
Es tan fuerte,
Que si respiro la arena, el barro, la maldad de mi propia existencia
Entonces ni la luz del sol será ya posible
Ya nada será verdad.
TENTACION
¡Una abeja, un ser alado en esta cárcel…!
Quiero que se acerque, que me hable,
Que roce mis hojas.
Si tan sólo me atreviera a llamarla,
Pósate a mi lado, le diría.
Dime ¿qué se siente bajo el sol?
¿Es hermoso el perfume de la luna?
¿Es cierto que los arroyos cantan?
¿Que la lluvia cae del cielo?
Bate las alas a mi lado,
Deseo saber lo que es la brisa.
Cuéntame qué has visto, qué has olido.
¿Hay flores más hermosas que yo misma?
Me han asegurado que soy muy bella.
Si es cierto, si no me engañan, la abeja vendrá hasta mí,
Sin yo llamarla.
Sólo debo esperar, sólo estarme muy quieta.
¡Ah! Ya levanta el vuelo, vendrá a mirarme.
¡Si yo osara decirle que viniera!
No se acerca, se marcha.
Ni me ha visto.
LLUVIA
Golpes suaves en el cristal
Tejado sutil, salpicado de lágrimas celestes.
La humedad que reina dentro no es así
Miro esos surcos de agua verticales,
Caminos líquidos de fin incierto.
Aquí sólo calor, siempre lo mismo.
Los vidrios se empañan.
Ya ni la vista me es permitida,
Los colores se desdibujan, desaparecen,
Solo sombras lechosas y ritmo de marionetas.
……..
JARDIN
Sé que hay flores al otro lado,
En el jardín abierto, a la intemperie.
Sé que esas flores no son perfectas, no tienen mis cuidados,
No poseen esta delicada belleza que hay en mis hojas,
Están sucias de barro,
Tienen pulgones,
El sol las abrasa y el viento las hace doblar.
La lluvia fría las golpea,
Y en las noches, el relente consigue que tiemblen.
Sé que esas flores envidian mi suerte,
Conocen que existo, me ven airosa y erguida tras los cristales.
Y envidian mi suerte, mi pobre suerte.
Algunas mueren de frío.
¡Qué poco pagan por bailar en la brisa nocturna,
Por sentir en sus hojas el vuelo sutil de la abeja,
La golosa boca de la mariposa,
El cosquilleo sin fin de las hormigas,
El zumbido del verano, el calor del sol limpio,
El fresco soplo de la primavera naciente,
El beso delicado y mortal del copo de nieve,
El salvaje empujón del otoño dorado!
Hoy daría cada uno de mis rosados pétalos
Por respirar el aire fresco y alejar de mi esta atmósfera agobiante.
RECUERDO
Era de un verde tierno, apenas una hojita,
Asomé por entre la tierra oscura y húmeda.
“Una flor rara” decían de mí
Me recibieron con vivas y aplausos.
Mi color dorado no era frecuente.
Alejada de todo peligro, del frío de invierno y del sol del verano,
De plagas, de manos dañinas,
Mi tallo era airoso, mis hojas perfectas,
La suavidad de mi aroma era alabada por el jardinero.
Las pequeñas flores, como rayos de sol,
Se abrieron una a una, provocando alegría.
De aquellas salieron otras,
Y de las otras millones iguales.
Fui generosa y dejé de ser.
JARDINERO
Hoy tampoco ha venido a verme el jardinero.
Ha de estar muy ocupado con tareas nuevas.
Sus manos ya no ahuecan la tierra a mis pies,
No limpian mis hojas de restos de nada.
Su voz ya no llega, profunda y lejana.
Mi corazón le añora, pero no debo decirlo.
Cuando me trajo a este sitio fue por mi bien.
Allí en el centro, corría peligro.
En este rincón apartado puedo vivir tranquila.
Apenas me ve, hace días que no llega.
Lo veo trajinar, mimar con cuidado a las otras.
Las otras.
……….
CALOR
Otro día de calor agobiante,
De sentir los pulmones al límite del esfuerzo,
De sobrevivir apenas entre esta humedad malsana.
Mi cabeza se alza entre las otras.
No es altivez, es agonía.
Intento respirar.
El aire parece escaso.
Ahogada en el invernadero.
¡Libertad para esta planta presa!
¡Viento en mis hojas tiernas!
Mi grito se apaga en el vaho
Nadie escucha, el mundo a mi alrededor dormita.
Siesta sempiterna,
Soledad entre un mar de rostros sudorosos
LLANTO
Provoco mi propia muerte
El llanto anega mis raíces,
Llena de sal el agua en la que vivo,
De amargura la tierra,
De más humedad el líquido que respiro.
Y la propia angustia de saberlo
Me provoca un nuevo llanto,
Un riego sin fin de veneno y agonía.
MIRADA
Todo parece inmutable, pero no lo es.
Tras el cristal empañado
Veo el tiempo que pasa, la noche, los días,
El sol y el invierno.
Este calor sofocante es una falacia,
Impostura, comedia y quimera.
Sé que en las noches, la oscuridad está fuera,
Y que hay tardes grises, mañanas sin sol.
Esta perpetua primavera es un gran engaño
Que ya a nadie engaña.
Veo la luna redonda, la nieve al caer,
Y suspiro por el frescor de esa agua
Que surca mi vista.
.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario